CABEZA DEL HOGAR |
El ser cristiano esposo y luego padre de familia es un privilegio muy alto, y trae consigo responsabilidades muy grandes. El orden divino para el gobierno del hogar es asÃ.
Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza de Cristo. Como Cristo se sujetó a la voluntad del padre, asà debe sujetarse al esposo a Cristo; luego la esposa debe sujetarse al esposo como quien dirige en nombre del Señor. El esposo es mayordomo de Dios en su casa.
A) DIOS PRUEBA AYUDA IDEONA PARA EL HOMBRE
Dios arreglo la unión de Adán y Eva y lo hace en cada caso se busca su voluntad. La sabidurÃa divina discierne del hombre y en el momento propicio le provee una esposa; la cual es el verdadero complemento de su naturaleza. Solo el Señor sabe cuál carácter y temperamento puede equilibrar el de otra persona. Solo él puede preparar a dos jóvenes para sobrellevar las flaquezas el uno y del otro.
B) EL ESPOSO DEBE EJERCER SU AUTORIDAD EN AMOR
El varón que reconoce en su esposa la compañera que Dios le dio. su autoridad con amor y ternura dará lugar a la expresión de los juicios y deseos de ella, no como un dictador, sino en términos de amor y estimación.
El grado de comparación está en relación consigo mismo. Pablo dice que debe amarla como a sus propios cuerpos, pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida, asà como Cristo hace con la iglesia.
La palabra dura o de impaciencia no le conviene al esposo, pues él es un canal de la voluntad divina, nada más. Guiado por este gran ejemplo del amor sacrificial de Jesús, y contemplando el cuidado del Señor por su iglesia.
EL ESPOSO HARA ESTAS DOS COSAS:
a) Se entregará a Dios a fin de estar en comunión con El. Asà asegurará el bienestar espiritual, emocional y material de su esposa y familia.
b) Se preocupará siempre de todas las cosas que conciernan a su familia. Se interesará en agradar a su esposa antes que asà mismo y cuidara constantemente de ella.
Alguien a dicho: E l esposo ayuda as u esposa en todo lo que, relacionado a su vida espiritual, el alivia los trabajos caseros de ella él pone el hombro a las cargas de responsabilidad que ella tiene que llevar; el protegido de ansiedades y penas; la consuela en sus horas de aflicción: ministra y ayuda en sus flaquezas sin decirlo, y no olvida los actos de devoción que ella ase para el. Sobre todo, no deja de alabarla por sus excelentes cualidades.
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